Cuento de hadas y poema cinematográfico

“The Shape of Water”, el aclamado filme de Guillermo del Toro que estrena hoy en la isla, es un bálsamo de magia cinematográfica que triunfa al lograr que su hechizo particular sea tangible. El filme de 2017 que ha recibido la mayor cantidad de nominaciones al Oscar (13 incluyendo la categoría de Mejor Película, Director, Actriz, Actor Secundario, Actriz Secundaria y Guión Original) cuenta con una alquimia fílmica particular.

Para aquellos que se declaren amantes del séptimo arte, el filme funcionará como una carta de amor al cine donde su director logra que diversos géneros tengan cohesión y creen algo nuevo. Sin embargo, el verdadero triunfo de este filme es cómo su director logra que esa mezcla vaya en función de encontrar la humanidad del romance central del filme que sucede entre una mujer muda y una criatura anfibia extraordinaria. Hay muchas secuencias en este filme que dictan que Del Toro está enamorado de todo tipo de cine. Durante uno de sus momentos más extravagantes y románticos, el filme da un brinco momentáneo al género musical. Sin embargo, hay algo que tiene mucho más peso para el cineasta mexicano en esta película: la noción de que la posibilidad del amor verdadero existe en todas partes y que puede tomar cualquier forma. El corazón del filme late constantemente con este credo y es lo que permite que la película pueda ser apreciada por los espectadores casuales que quizás no capten todas las referencias y tributos que Del Toro ha incluido en esta producción.

El primer truco de magia de “The Shape of Water” se manifiesta en como su guion logra preservar el tono de un cuento de hadas a la misma vez que coloca la trama central en un momento histórico real donde la opresión social era el modus operandi en Estados Unidos. La historia sucede a principio de los 60 justo cuando el frente de la Guerra Fría se está intensificando, y la “princesa” de la trama no vive en un castillo esperando por su príncipe azul, trabaja como conserje en una instalación secreta del gobierno. El trabajo de Elisa (Sally Hawkins), una mujer muda de una sonrisa...

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