El cuento de nunca acabar

Nilda V. Colón Díaz

Carolina

Hace unos días, planifiqué junto a un grupo de amistades visitar el Municipio de Culebra como parte de una iniciativa de hacer turismo interno. A las 5:30 a.m. llegamos a Fajardo. Como nos indicaron que ya los boletos de las 7:00 a.m. estaban todos vendidos, nos dispusimos a hacer turnos para la lancha de las 9:00 a.m.

A lo largo de la fila, tuvimos que soportar un fuerte olor a orín que provocaba náuseas. En determinado momento, unos ujieres nos indicaron que la salida estaba atrasada. Así estuvimos hasta las 10:00 a.m., cuando anunciaron por altoparlantes que ya todo estaba vendido.

Lo más grande es que nunca vimos aquella ventanilla abrirse para vender ningún boleto.

Algo nebuloso se está dando allí. Exijo que se...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR