Muchos cuerpos que liberar
Por Ana Teresa Toro
ana.toro@elnuevodia.com
"Yo tengo mucho rencor, mucho coraje. Me quedan meses y cuando salga de aquí, yo sé lo que voy a hacer. Me mataron a mi pai y a mis hermanos, y cuando salga yo voy a matar a dos o tres y no me va a importar porque yo sé que voy a estar muerto". Lo dice un muchacho que no tiene más de 18 años. Lo dice y le tiembla la rodilla mientras habla. "Diache, me estoy calentando. ¿Verdad", pregunta.
La tranquilidad de saber que no se usarán ni sus rostros ni sus nombres, los serena. "En ese caso, yo quiero hablar", dice. "Yo te quiero contar mi historia", dice otro.
De pronto, hay una fila. Y poco a poco, esperan pacientes, para volcar ante una grabadora y una extraña, las historias de sus cortas vidas. Padres ausentes, "la juntilla", el barrio, "me quedé con el punto", "yo sabía que estaba mal", "a mi mai la maltrataban", "yo me he escapao cinco veces", "empecé a robar porque no había chavos", "fue bueno llegar aquí, por lo menos aprendí a leer"... por ahí van los relatos.
Nada nuevo si se observan las estadísticas de violencia en el País, ese retrato numérico de una Isla rota, fracturada por mucho más que la droga. De eso dan fe los muchachos de la Institución Juvenil de máxima seguridad de Humacao. Conversamos con algunos de ellos en el marco del cierre del Taller de Teatro que el polifacético artista puertorriqueño radicado en Nueva York, Javier Cardona les ofreció el pasado mes. El curso duró dos semanas y contó con la asistencia de la joven actriz Isadora Cintrón.
Cardona lleva varios años trabajando en proyectos de esta naturaleza tanto en Puerto Rico como en distintas cárceles de jóvenes o adultos, en Estados Unidos. Todo bajo el proyecto "Rehabilitation Through The Arts", para el cual trabaja. Aquí, ha sido por medio del Consejo Artístico de Puerto Rico -gestionado por Mari Torres y Lydia Platón- que se ha logrado traer al artista experto en este tipo de dinámicas a compartir con los jóvenes presos.
El enfoque es claro: por medio de las artes es posible acceder al vocabulario sensible de estos jóvenes que, en la gran mayoría de los casos, "están atrofiados emocionalmente, no confían en ellos mismos, no tienen disciplina, no se concentran, son personas que han sido dejados afuera de la sociedad desde que nacen", comenta Cardona.
De ahí que la herramienta sea el teatro. "Es un taller de teatro y para ellos el teatro en un principio es la telenovela, la película, actuar, imaginarse que son otras...
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