La culpa de O’Neill

Escribió un tiempo atrás don Miguel De Cervantes Saavedra: “Cada uno es como Dios lo hizo y aún peor, muchas veces”.

El caso del alcalde Héctor O’Neill, cacique en jefe del municipio de Guaynabo, es muestra de lo antes citado cuando la corrupción del poder y el abuso a subalternos se institucionaliza.

Don Héctor cambió el concepto municipal de hacer más con menos, con su talento y carisma de líder único, con un poder de convocatoria excepcional. Al sucumbir al manejo impropio con subalternas en la Alcaldía Municipal saciando sus caprichos más bajos, destruyó su genial carrera política. Este caso era un secreto a voces entre allegados, empleados y otros por mucho tiempo, pero el pago por $450,000.00 a la subalterna implicada y a su...

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