Culpable por la muerte de Stefano

Por Mariana Cobián

mariana.cobian@gfrmedia.com

A las siete mujeres y cinco hombres del jurado solo les tomó poco más de dos horas llegar a la sala del juez federal Jay García Gregory con un veredicto de culpabilidad por los cargos de intentar cometer un carjacking y usar un arma en medio de un crimen violento que culminó con la muerte de Stefano.

"Tengo sentimientos encontrados. Se hizo justicia y las personas que mataron a Stefano han recibido su judgement (juicio). Estoy contenta porque por lo menos ahora sé lo que pasó y que le dije que no parara y virara en U porque no podría vivir con un niño que lo hubiesen dejado tirado en Cayey o Juncos o algo así. Solo lamento que no lo pudo hacer a tiempo", expresó Zorimar Betancourt, al referirse al testimonio del coacusado y hoy convicto por este caso, John Anthony "Jongy" Morales López, quien aceptó que disparó contra su hijo. Morales López fue el testigo estrella en el caso y se declaró culpable a cambio de cumplir entre 24 y 30 años de cárcel.

"Gracias a Dios que la última conversación que tuvo fue conmigo y escuché su último suspiro y pude abrazarlo y darle consuelo y estar ahí en la ambulancia y en todo momento", agregó la madre del joven de 17 años.

Betancourt se refería a la fatal noche del 24 de junio de 2012 en la carretera PR- 693 en Dorado, cuando su hijo recibió un disparo en la cabeza en medio de un intento de carjacking.

El padre del joven estudiante de Baldwin School, en Guaynabo, Eric Steenbakkers, dijo estar orgulloso de su hijo.

"Estoy extremadamente orgulloso de mi hijo porque él mismo le dio el número de tablilla del carro a su madre y estoy extremadamente orgulloso de su madre quien fue capaz de, en medio de ese momento caótico, recordar el número. Eso es casi un milagro. Si no hubiese dado el número, tristemente tengo que decir que nadie llamó a la Policía y eso es triste", lamentó Steenbakkers.

En cuanto al caso, Steenbakkers confesó sentirse "un poco aliviado" porque "tenemos dos convicciones". No obstante, está decepcionado porque muchos vieron lo que ocurrió, pero no dieron un paso al frente.

"Con tantas personas que conducían por allí, que leen los periódicos y leen sobre este juicio, y siendo testigos de todo lo que pasó, que vieron exactamente lo que pasó y ninguno llamó al 9-1-1. Algunos sí con teléfonos prepagados. Después de que fueron arrestados y estaban seguros tras las rejas, ninguno llamó al FBI para convertirse en testigos", agregó Steenbakkers, de origen...

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