Entre culto y dulces melodías

Por Marcos Billy Guzmán

Especial El Nuevo Día

Así lo presenció el público desde las 7:40 p.m., cuando fotos de tornados, motines, guerras, tiroteos, tsunamis, huracanes, bombardeos, derrames de petróleo, trifulcas senatoriales e inundaciones aparecieron desde cuatro pantallas con un mensaje "contra la maldad en tiempos difíciles". Y, como por si quedaba duda sobre la existencia de la violencia en el País, también se expusieron titulares como "Esclava de su padre" y "Mató a sus dos hijos".

A través de ese recurso, la velada "Voces unidas" progresó, mientras los vocalistas entonaban algunos de sus éxitos y trataban de llevarle esperanza a la gente.

Fue ese el pie forzado del evento que -aunque se había anunciado que seguiría un libreto similar al de cualquier concierto secular- corrió como un culto religioso en el que el pastor Otoniel Font envió un mensaje de "agárrate de la palabra de Dios, la única esperanza que tenemos".

"Señor, cúbreme con tu presencia, tu gracia, tu gloria y misericordia. Siéntelo desde la corona de la cabeza hasta las plantas... ¡Alábalo que vive!", secundó Danny Berríos en pleno musical, mediante el que los cantantes pidieron "justicia para el niño Lorenzo".

Cabe destacar que el recital corrió relativamente rápido, ya que los intérpretes entraron y salieron del escenario de modo consecutivo. Sin embargo, hubo varias intervenciones en el que el cuarteto se sentó a hacer comentarios jocosos para el público, que reaccionaba gritando con comentarios como...

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