Cumple nuestra Orquesta Sinfónica

POR LUIS HERNÁNDEZ MERGAL

Especial El Nuevo Día

La Orquesta Sinfónica de Puerto Rico (OSPR), bajo la dirección de Maximiano Valdés, interpretó el pasado sábado en la Sala Sinfónica de Santurce, la "Sinfonía núm. 5 en do sostenido menor" de Mahler, uniéndose en su último concierto de la temporada a la celebración internacional del centenario de la muerte del compositor. Si bien la ejecución de la OSPR no tuvo toda la precisión que exigiría Mahler al director de orquesta, no dejó de ser esta una impresionante muestra de virtuosismo musical. Valdés optó por una interpretación más bien unificadora, cuidadosa y menos extremista, de la obra. El resultado fue una versión con menos contrastes de lo que hubiese sido posible, tanto de tempo como de dinámicas. La obra se mueve de un pesimismo estoico en el primer movimiento a la apoteosis de un esperanzador optimismo en el rondo final, pero siempre con esa ineludible ironía que caracteriza a Mahler. La ironía fue el elemento menos conspicuo en esta interpretación.

La primera trompeta, protagonista del primer movimiento, resonó en su anuncio de la marcha fúnebre con que arranca la obra. La sección central del movimiento, marcada "súbitamente más rápido", "apasionado" y "salvaje", fue mantenida bajo control por el director. La tormenta del segundo movimiento, terrible lucha contra la finalidad de la muerte (que vuelve a hacer su aparición en el insistente retorno de la marcha fúnebre), fue muy bien...

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