La cura de Glaxo

Por Marie Custodio Collazo

mcustodio@elnuevodia.com

"Hay que estar bien entrenado, y tener un kayak y un equipo de alta calidad", confiesa.

En ese tipo de kayak parece estar navegando May, quien ha vivido unos años intensos al mando de unas de las farmacéuticas más reconocidas -la tercera más grande en el mundo- y que fabrica desde antibióticos como Amoxil hasta antiácidos como Zantac.

Su organización realizó una reestructuración a nivel global, que incluyó el cierre de la operación de manufactura en Puerto Rico, además de enfrentar cuestionamientos sobre la efectividad y seguridad de sus productos.

Pero Glaxo no se ha quedado de brazos cruzados. May tampoco. Como parte de la estrategia que puso en vigor GSK, se propuso diversificar los mercados y el porfolio, restaurar la imagen de la empresa y recuperar la confianza de los profesionales de la salud y los pacientes.

Una de las iniciativas está dirigida a la fuerza de ventas, como la que dirige May en la Isla, para que se enfoquen en el servicio al cliente y a los pacientes, y no en la cantidad de recetas que logran.

"Tenemos un pipeline rico. Eso nos da confianza de que el futuro es brillante, porque las cosas no van a mejorar a nivel de los retos que hay (en la economía). Lo bueno es que en 18 meses vamos a tener más de 30 resultados de productos o indicaciones nuevas", expresó May. Resalta que se trata de medicamentos innovadores, en la línea del más reciente lanzamiento de GSK, Benlysta, el primer tratamiento nuevo en 50 años para los pacientes de Lupus.

Los principales focos de interés son las condiciones respiratorias, las vacunas...

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