Custodios de las memorias

yrivas@elnuevodia.com

Los esposos Johanna e Ian Callen fueron dos de los cientos de visitantes que llegaron al lugar. La pareja, proveniente de San Juan, compró un baúl confeccionado en el año 1911 en madera de cedro. El baúl era propiedad del anticuario de Juan Bennazar, el organizador del evento.

Según Johanna en la feria consiguió decoración y piezas diferentes, como un reloj sobre un afiche de Ron Puerto Rico y un candelabro. "Son lo que hace un espacio único", opinó la sanjuanera mostrando también un cenicero en forma de mosca.

En la actividad, hay más de 50 anticuarios de todo Puerto Rico exhibiendo, comprando y vendiendo piezas que recuerdan otros tiempos.

De antaño, hay objetos que datan de los 1800, como una tinaja de 1891 que se usaba para almacenar agua, mostró Bennazar.

Holvin Feliciano, por su lado, tenía en exhibición una coqueta en cedro de 1860 de unos nueve pies de alto con terminaciones en mármol.

Según él, fue hecha por la Casa Vidal de Ponce.

Así mismo, Tony Taffanelly, coleccionista de joyas antiguas, exhibía un colgante en oro de 18 kilates en filigrana de 1890. Esta delicada técnica orfebre se hacía para esa época con finísimos hilos de metal, explicó el anticuario.

"Era de la abuela de un gerencial de Banco Popular", dijo Tafannely, quien exhibía muchas otras joyas curiosas y con piedras preciosas.

Algunos asistentes a la feria como Betty Acosta, de Mayagüez, dijo que le gustó mucho porque conserva de sus padres instrumentos y artículos viejos.

Mientras, Ramón Lugo miraba unas botellas de leche de Puerto Rico en el puesto de exhibición de Luis Molina porque colecciona estos artículos.

"Aquí hay muchas piezas y...

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