¿DÓNDE ESTÁ EL PARAÍSO?

Por Ana Teresa Toro

ana.toro@elnuevodia.com

Ahí está el imaginario, esas primeras nociones acerca de Puerto Rico -y del Caribe- que se suelen tener en el extranjero. Como es natural, nuestros artistas desde diversas disciplinas han ahondado en el tema con o sin intención de así hacerlo. Lo han hecho en distintos momentos históricos, lo han hecho desde la sutileza de mostrar la imperfecta perfección de un coco hermoso que flota en el aire y nos deja ver su enfermedad en una franja violácea como en la obra de Nick Quijano; o desde la sencillez de un mangle que no quiere ser otra cosa que un reflejo de sí mismo, como en la obra de Myrna Báez. Lo han hecho desde el retrato, la fotografía, la gráfica, la pintura, en fin, desde todos los medios. Y sobre todo lo han hecho, más allá del paisaje como eje de la noción del paraíso, adentrándose en los elementos humanos y por ello mismo imperfectos de este imaginario.

Con eso como telón de fondo, el Museo de Arte de Ponce abre hoy al público la exposición Paraíso y palabras: diálogo entre el arte y la literatura puertorriqueña. Se trata de una muestra abarcadora que ha sido conformada como un recorrido histórico artístico que explora el arte puertorriqueño desde el siglo XVIII hasta nuestros días a través de un conjunto de más de 250 obras de las colecciones del Museo de Arte de Ponce -junto a algunos préstamos- hilvanadas por la noción del paraíso narrada desde una perspectiva cronológica y en diálogo constante con fragmentos de obras literarias que responden de diversas maneras a las mismas inquietudes que los artistas abordaron desde la plástica.

"Esta muestra surge del diálogo con artistas puertorriqueños y de comentarios del público del museo, tanto visitantes como académicos, público de todo tipo que pedía ver arte puertorriqueño", comenta la curadora de la exhibición y curadora asociada del Museo de Arte de Ponce, María Arlette de la Serna.

"En una de esas conversaciones con Nick Quijano, él me contaba acerca de como, cuando vivía en Nueva York, pensaba en Puerto Rico como este lugar idílico, paradisíaco, inalcanzable y de esa idea de que Puerto Rico es como el paraíso, un lugar que está en la tierra pero no es parte de la tierra", abunda la curadora, quien ha observado además el hecho de que es una constante que "lo que más extrañan muchos de los artistas con los que hablo cuando no están aquí, es la luz, el paisaje, los verdes. Son cosas muy sencillas, de la tierra, que son del edén. Y diría...

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