Mónica da otra sorpresa

POR JOSÉ SÁNCHEZ FOURNIER

jose.sanchez@elnuevodia.com

Pero para Mónica la victoria no se debió principalmente a su sorpresivamente potente primer servicio, que promedió 100 millas por hora y que en una ocasión alcanzó las 107. Tampoco fue por sus 'drop shots' en revés ni su juego en la malla. Su repertorio fue impresionante, pero la principal razón de su triunfo yace en otro lugar.

"Las claves fueron el corazón y el enfoque", respondió Puig ayer durante una entrevista telefónica con este diario, cuando se le preguntó cuál fue el secreto de su impresionante triunfo sobre la italiana.

Corazón exhibió de sobra. Mónica tuvo un desempeño casi intachable contra una oponente de primer orden y ampliamente favorecida para ganarle y adelantar en el torneo sobre césped.

Errani y Puig se desconocían en el terreno. Este fue su primer partido. Y la italiana de 26 años entró con todas las de ganar. Aunque su fortaleza es la superficie de polvo de ladrillo y el juego en dobles femeninos -donde es la primera clasificada mundial- Errani era la amplia favorita. Venía de caer ante la eventual ganadora, Serena Williams, en la semifinal del Abierto Francés y su clasificación actual es la más alta de su carrera, señal de que está jugando su mejor tenis.

Pero no era la primera vez que Mónica hacia el papel de David ante Goliat. Y ayer, la boricua interpretó el rol a la perfección.

Con un saque fortalecido, lo que nunca ha estado entre sus armas principales, Puig consiguió cuatro ases en el encuentro. Su primer servicio promedió 100 millas por hora y en una ocasión alcanzó las 107. En comparación, Errani apenas llegó hasta las 93 millas por hora con su primer servicio, que promedió 85.

"Pues obviamente lo trabajamos mucho durante los torneos preparatorios para Wimbledon", dijo Puig sobre el nuevo servicio 'turbo' que exhibió ayer en la grama londinense. "Eso, el juego de fondo y el acercarme a la malla. Trabajamos bien duro muchas cosas y se vio todo en la cancha hoy".

Como suele hacer ante rivales de mucha mayor clasificación que ella, Mónica se creció ayer. Jugó sin miedo aparente, agresiva incluso después de tiros fallidos, con un peloteo certero y potente a la línea de base. También le quebró el servicio cuatro veces a su rival.

Fue un triunfo relativamente cómodo para la boricua, acostumbrada a fajarse al máximo de tres sets en muchos de sus duelos.

"Yo lo esperaba, honestamente. Me sentía superbién", agregó la boricua sembrada 65 en el escalafón de la WTA.

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