La música que da vida

Por Carmen Graciela Díaz

Especial El Nuevo Día

El nombre es familiar para algunos, otros no lo conocen y un manojo de personas celebran su voz y talento como cofundador y uno de los vocalistas de una de las bandas americanas de rock más exitosas de fines de los 60 y los 70, Three Dog Night. Pero ese apellido muestra el trasfondo que no oculta: su ascendencia puertorriqueña.

Su drogadicción de más de dos décadas fue una afirmación de ese lema de "sexo, drogas y rock and roll", pero hoy vive los días desde otra sintonía. Cree en la redención porque la suya es una historia así y aunque la repasa frecuentemente en público y en privado, esta vez el escenario es diferente. Negrón se narra a sí mismo desde el país que contiene fragmentos de su herencia.

Había querido conocer a Puerto Rico desde hace mucho, pero la vida, tan obstinada, le atrasó la venida. Pero la ocasión llegó finalmente gracias al reconocimiento que le hizo el Salón de la Fama de la Música como uno de los exaltados el miércoles en el Teatro Tapia del Viejo San Juan.

"Mi familia ha venido durante años, mi hermano, sus hermanos y hermanas, para conocer de dónde vino nuestra familia. Pero siempre he trabajado, nunca tuve la oportunidad de venir", cuenta con la voz que, con su tono, irradia todo el cuarto del hotel donde estará hasta hoy.

Se siente entusiasmado porque una organización puertorriqueña lo reconozca cuando muchos desconocen que, se calcula, es el artista que más discos ha vendido de nuestra historia como parte de Three Dog Night (90 millones de discos) y que, por esa fama que logró, continúa activo. Tanto desear estar en Puerto Rico, y ahora que pisa esa tierra de nostalgia y anécdotas, se le torna agridulce.

"Estar aquí me pone en contacto con la realidad de que no hablo español. Una parte de mí siempre se sintió un poco defraudada. Es lo que es; pasa cuando las familias se rompen, que no pude continuar hablando español porque la familia de mi padre se fue. Solo quisiera saber lo que hablan y poder hablarles en español", se lamenta.

Recuerda que intentó que uno de los manejadores de la banda los trajera a Puerto Rico pero siempre tuvo la excusa de que necesitaba más dinero. Al mirar atrás, narra que le daba entusiasmo ver pancartas con su apellido o las que lo aclamaban como "puertorriqueño". Hablar de su origen era importante no solo por él sino por su abuela que siempre le afirmó "que la vida en Puerto Rico era sencilla, pero completa". La recuerda y se le sale la...

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