David Bernier entre la tristeza y la satisfacción

Si la primaria por la candidatura a la gobernación del Partido Popular Democrático (PPD) fuera una película, David Bernier sería el personaje que hay en algunos dramas que no sale, pero del que todos hablan, o le temen, o lo esperan. Ese personaje, Bernier, hizo una fugaz aparición en el drama -informó que no participará de la primaria- y, de inmediato, dijo, volverá a refugiarse en el anonimato al que se fue cuando perdió las elecciones del 2016.Bernier, quien apenas ha hecho apariciones públicas desde el 2016, dice en esta entrevista que tras hacer su anuncio, explicar sus razones, dar a conocer su parecer sobre los cinco aspirantes del PPD a la gobernación, vuelve a su vida privada.A los 42 años, dijo, descartar aspirar a la gobernación en el 2020 no es descartarlo para siempre. Pero, así mismo, manifestó que no está de ninguna manera trabajando para ello y que sus únicas prioridades en este momento son su familia, su esposa, la animadora de televisión y productora Alexandra Fuentes, sus niños y su práctica como dentista.¿Está 100% satisfecho con su decisión?—Hay una mezcla de tristeza, pero también satisfacción de que uno cumplió con su deber, que en este caso es atender las necesidades de mi familia.¿Por qué tristeza?—Porque yo toda mi vida he soñado con servirle a mi país. Me formé, crecí y he trabajado para eso. Ver que, en un momento determinado, hay una posibilidad de ser contendor en unas elecciones y que una circunstancia de vida no me lo permita, no deja de ser angustioso y duro.De las expresiones que usted hizo, se entiende que esa circunstancia de vida es fundamentalmente económica.—Lo económico nunca ha sido, en mi caso, un factor. Tiene que ver con la realidad de mi esposa, de sus sueños. Ella abandonó todo por acompañarme a cumplir el mío. Ahora, entonces, la responsabilidad grande, el peso grande de mi decisión iba a caer sobre ella, que no solo es mi esposa, es la madre de mis hijos. Lo económico es secundario. Es su derecho a cumplir sus sueños y los de mis hijos.La derrota del 2016 y la posibilidad de que pudiera pasar de nuevo, ¿cuánto peso tuvo en esta decisión?—Era uno de los impulsos que me llevaba a considerarlo. El día después de esa derrota, yo tenía claro que hicimos todo lo que se pudo y que merecía otra oportunidad. Sin embargo, a la hora de yo evaluar ese momento, había una tranca que, para mí, era fundamental. Me convencí que iba a incumplir con mi deber primario, como padre y como esposo.¿Cómo es esa mañana...

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