"Debemos involucrarnos más"

Por Ana Teresa Toro

ana.toro@elnuevodia.com

En ese espacio ha habitado durante décadas la diáspora puertorriqueña en los Estados Unidos y es el que actualmente ocupan más de 25 millones de personas pertenecientes a comunidades denominadas latinas o hispanas. Aunque la experiencia de los boricuas que han migrado al Norte pueda ser muy similar, el hecho de no tener que luchar directamente por el tema de la ciudadanía marca una diferencia notable. A juicio de la escritora Esmeralda Santiago, quien ha trabajado el tema en su obra en repetidas ocasiones, lo más lógico sería que, ya que los puertorriqueños caminan a dos aguas entre la experiencia de los inmigrantes y la del choque cultural, son las personas idóneas para servir de mediadores en este debate. Así lo explicó en entrevista con El Nuevo Día, precisamente el día de la huelga general que se llevó a cabo en España durante la participación de Puerto Rico como país invitado de honor en la Feria Internacional del Libro LIBER 2010, que tuvo lugar en Barcelona.

"Es interesante porque hay mucho desconocimiento al respecto. A mí me invitan siempre a foros sobre inmigración y tengo que explicar que voy con mucho gusto, pero que yo no soy inmigrante, sino migrante. Entonces muchas veces me dicen que mejor no", ejemplifica la autora, reconocida internacionalmente sobre todo por sus trabajos de memorias en las que se entremezclan sus años de crianza en Puerto Rico y el traslado a Nueva York.

De hecho, tanto es así que Santiago, que conserva en el habla la candidez de las madres boricuas, no se identifica a sí misma como latina o hispana. "Un hondureño en Honduras no es latino, es hondureño. Yo me identifico como puertorriqueña aquí o allá porque es lo que soy. Quienes me ponen el título de latina son otros", dice desde Barcelona, una ciudad que guarda un significado especial para ella, ya que recién graduada de la escuela superior su hija se fue a estudiar allí. "La gente aquí la trató muy bien y mi esposo y yo pudimos conocer esta ciudad desde los ojos de una joven aspirante a tantas cosas", recuerda quien observa que dicha ciudad comienza a tener experiencias similares.

"Nosotros somos inmigrantes emocionales; entramos en la discusión pero de una manera distinta porque tenemos la ciudadanía que es lo que todo el mundo quiere, pero somos ciudadanos que al ser puertorriqueños bajamos un escalón al momento de ser considerados como parte de la nación americana. Entonces, por tener lo que todos quieren...

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