Debilitada la industria de la salud

El domingo próximo, se cumplirán seis meses desde que en Puerto Rico se confirmaron los primeros casos de COVID-19. Esta enfermedad, que asomó a finales del 2019 en China y despuntó en Estados Unidos a principios de este año, no tan solo desequilibró la situación de la salud a nivel mundial, sino que desestabilizó el sistema salubrista en todas sus ramificaciones.Médicos, hospitales, personal de enfermería, laboratorios y farmacias son algunos de los componentes que se han visto afectados por una enfermedad que ya ha impactado la salud de más de 25 millones de personas y provocado la muerte de otros 900,000 alrededor del planeta."La clase médica (en Puerto Rico) ha enfrentado muchos problemas; que lleguen los pacientes, conseguir los equipos de protección personal y entrar al sistema de telemedicina con los equipos adecuados. La vida cambió para todo el mundo, incluyendo para los profesionales de la salud", comentó el doctor Víctor Ramos, presidente del Colegio de Médicos Cirujanos.Numerosas dificultades para protegerse apropiadamente contra el virus, escasez de pruebas de laboratorio y fuga de parte de la cadena que compone el sistema de salud del país han sido algunos de los retos de esta pandemia entre los profesionales de la salud.Al mismo tiempo, encaran el desafío de la desconfianza de algunos pacientes que aún no se atreven a acercarse a las oficinas médicas u hospitales por miedo a infectarse -y cuando lo hacen llegan con sus condiciones deterioradas-, así como el impacto económico por haberse visto obligados a cerrar operaciones durante meses y ahora reabrir tras haber invertido en las herramientas necesarias para minimizar el riesgo de contagio."Tenemos los mismos problemas de todo el mundo, pero el riesgo de contagio (de coronavirus) es mayor, así como la preocupación de que la familia no se contagie. Hay que bregar con lo que hay", sostuvo Ramos.Una baja en facturación de hasta 80% del cobro usual, así como un aumento en los gastos de oficina de entre 25% y 75% para poder cumplir con los protocolos de distanciamiento y desinfección han forzado, entre otras cosas, el retiro temprano de algunos médicos, aseguró Ramos sin poder proveer cifras específicas sobre el particular.Anticipó que, después que pase esta pandemia, podría verse otro incremento en la fuga de médicos de la isla. La cifra actual de estos profesionales en Puerto Rico, estimó, ronda los 9,000, siendo los de especialidades pediátricas y quirúrgicas los de mayor...

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