Decisiones

Welmo Romero

Al evocar una nostalgia trasnochada cursi y sosa, los candidatos principales (dos cabezas de una misma serpiente) apuestan por la ficción en sus contenidos mediáticos. Nos presentan un país que no existe o que, por lo menos, no es alcanzable para la inmensa mayoría que irá a las urnas.

Sucede que es tan fácil cogernos de cara de oveja; sólo basta con una promesa para un puestillo mediocre en algún municipio y ¡kachín!, todo se olvida.

La solución a esta encrucijada se encuentra en la educación crítica y no en la crítica a los educados. Digo esto porque parece ser que en nuestro país, educarse es una burla y la bandera de la ignorancia ondea con el vaivén de los vientos caribeños.

Ese terreno es el perfecto para una clase política que nos trata con un paternalismo que raya en lo obsceno y que día a día educa a sus hijos para cuando llegue el pase de batón necesario en toda partidocracia...

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