Defensa a la dignidad humana

El debate en torno a la prohibición de las llamadas terapias de conversión practicadas a menores de edad se tornó ayer en un enfrentamiento entre el sector salubrista y profesional que reconoce la violencia de este acto en cualquiera de sus modalidades contra la dignidad humana versus el sector religioso que, desde un punto de vista ideológico, defendió su derecho a practicarlas.Para la senadora por Proyecto Dignidad, Joanne Rodríguez Veve, solo algunas de las modalidades de terapias de conversión para cambiar la homosexualidad o identidad de género de una persona atentarían contra la dignidad humana y deberían ser prohibidas. "A mi juicio, no están definidas de forma puntual", planteó la legisladora durante el primer día de vistas públicas del Proyecto del Senado 184 para prohibir estas "terapias".Los detractores de la pieza legislativa se basaron principalmente en que la medida define la práctica de forma "muy amplia" y abarcadora, pese a que expresamente la prohibición se refiere a la práctica de profesionales de la salud mental licenciados.Rodríguez Veve dedicó sus turnos, en la vista pública, a defender esta práctica. "Lo que sí habría que hacer para ser coherentes es ser puntual en la definición de lo que se busca prohibir, para poder prohibir aquellas técnicas o aquellas prácticas que, en efecto, sean contrarias a la dignidad de la persona", planteó la legisladora de Proyecto Dignidad.El senador Rafael Bernabe, del Movimiento Victoria Ciudadana, respondió al intento de Rodríguez Veve de establecer terapias de conversión dignas versus las que a su entender sí serían indignas."Mi parecer es que el concepto mismo de terapia de conversión, independientemente de las estrategias específicas que se estén utilizando, ya es objetable porque parte de la premisa de que aquí hay un problema, de que aquí hay una enfermedad, de que aquí hay una desviación que tenemos que corregir y ese concepto ya le inculca a la persona que tiene un problema, que tiene una deficiencia que tenemos que corregir", apuntó el senador.Rodríguez Veve no objetó una definición de terapias de conversión que presentó como opción el pastor de las Iglesias Bautistas del Sur René Pereira Morales, que consiste en prohibir la práctica solo cuando "en contra de la voluntad del paciente", se le somete, por ejemplo, a malestar físico a través de un tratamiento aversivo que cause náuseas, vómitos u otras sensaciones físicas desagradables o proporcione una descarga eléctrica u otra...

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