Déficits de afectos

Fufi Santori

Guaynabo

La nación anglosajona que nos invadiera en 1898 nos hizo saber enseguida que interesaba el territorio y despreciaba a sus habitantes. Eran, para ellos, cultural y económicamente distintos y ciertamente categorizados como inferiores.

El puertorriqueño, a pesar de ser parte de una sociedad pobre, atesora su lengua española, se siente orgulloso de sus costumbres y muy dispuesto a trabajar y compartir con la democracia "americana", pero en un plano de igualdad y respeto.

Washington nunca nos ha visto como iguales y eso ha creado entre ellos y nosotros un déficit de afectos. Por eso, cuando al pueblo puertorriqueño se le consulta para en las urnas votar mayoritariamente por la...

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