DEP***Iván Rodríguez da una visita de Grandes Ligas al San Jorge Children’s Hospital

DEP***Iván Rodríguez da una visita de Grandes Ligas al San Jorge Children’s Hospital

BAJADA: Rodríguez dijo sentir un aprecio particular por los chicos en el complejo médico santurcino.

José A. Sánchez Fournier

Jose.sanchez1@GFRMedia.com

Twitter: @SanchezFournier

El retirado receptor Iván Rodríguez demostró su compromiso de grandes ligas con los niños pacientes de cáncer hoy, cuando visitó el ala de oncología del San Jorge Children’s Hospital, en Santurce.

Sin mucha fanfarria pero sí aprecio genuino, el futuro miembro del Salón de la Fama pasó por casi todas las habitaciones para compartir con los chicos que allí reciben tratamiento para diferentes tipos de la antes mentada enfermedad.

A cada uno de los recluidos, incluso a los pequeñines que dormían sin la compañía de un familiar, el apodado "Pudge” les dejó una pelota oficial de Grandes Ligas marca Rawlings autografiada. Los que estaban despiertos y acompañados por sus padres, tuvieron la oportunidad de compartir con Rodríguez, quien el próximo mes de enero aparecerá por primera vez en la boleta de votación al Salón de la Fama del Béisbol, en Cooperstown, Nueva Jersey.

Rodríguez dijo sentir un aprecio particular por los chicos en el complejo médico santurcino. Comenzó a visitar el área hace más de 15 años, cuando compartió con los huéspedes en el Hogar Niños Que Quieren Sonreír, entidad sin fines de lucro que le da habitaciones y transporte a los niños y sus familias que vienen de lejos a atenderse en el ala de oncología del San Jorge.

"Como me imagino que mucha gente sabe, yo tengo una fundación que ayuda a niños con cáncer”, explicó Rodríguez. "Y aparte de la fundación, me gusta mucho hacerlo, venir y compartir con los niños. Venir y estar meses, recibir ese tratamiento, no es fácil para ellos”, agregó el retirado receptor. "Venir y firmarle una bolita, firmarle una foto, traerle un regalito, eso para ellos es como traerles felicidad”.

Uno de los que más gozó de la visita fue el pequeño Carlos Sardiña Vargas, de tres años de edad. Cuando Iván entró a su habitación seguido de dos fotógrafos, el chiquitín se puso "culeco” no por la distinguida visita, sino por el ruido y los destellos de luz que hacían las cámaras de los dos fotógrafos que de manera digital capturaban la visita y el encuentro de Iván y el pequeño Carlos.

Con un suero en su mano derecha, el chico caminó hacia uno de los camarógrafos y comenzó a pegar el ojo derecho en la ocular de las cámaras. Cada vez que el...

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