Un derecho indispensable

Por José A. Delgado

jdelgado@elnuevodia.com

WASHINGTON - La alta publicidad que puede generar un caso criminal supone el mayor reto al derecho a la presunción de inocencia en Puerto Rico, según expertos.

Pero, resalta lo indispensable de que en el proceso penal se respete ese derecho.

Nadie quisiera tener que reclamarla, pero la presunción de inocencia es piedra angular de la oportunidad de un ciudadano para defenderse cuando tiene que enfrentarse a la locomotora del estado.

Casos notorios, como en Estados Unidos el juicio por asesinato en contra del exfutbolista estadounidense O.J. Simpson -convertido en todo un espectáculo televisivo en 1995-, pueden servir como referencia para entender por qué un imputado de delito se merece su día en corte.

Los expertos advierten que desde el punto de vista del sistema criminal, la presunción de inocencia requiere respetar y mantener el orden del derecho penal: investigar, presentar pruebas y adjudicar.

"Invertirlo va a propiciar una injusticia", señaló Julio Fontanet, decano de la Escuela de Derecho de la Universidad Interamericana y profesor de Derecho Penal.

El artículo 11 de la Declaración de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) establece que "toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad" y a que se le otorguen "todas las garantías necesarias para su defensa".

"Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito", agrega,

En Puerto Rico, "la excesiva publicidad es uno de los asuntos que más preocupación debe causar en torno a este principio", dijo Efrén Rivera, quien fue decano de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico (UPR), donde es catedrático.

En un país de 3.6 millones de personas, la publicidad adversa en contra de un imputado de delito puede complicar que se consiga un jurado imparcial. Pero, ello no desmerece que "es mejor para el acusado ser juzgado por sus pares que por el estado", sostuvo Fontanet.

En la Isla hay ejemplos claves, como el de Simpson en Estados Unidos, de la importancia de que el público espere al juicio antes de llegar a conclusiones.

Cuándo la fiscalía federal le acusó criminalmente por violaciones a leyes electorales en 2008 al exgobernador Aníbal Acevedo Vilá muchos lo consideraron...

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