Deseos navideños

Por Mónica Ferrer

Especial El Nuevo Día

El domingo comencé mi día corriendo por la Avenida Iturregui detrás de una pequeña perrita que iba por el mismo medio de la avenida. Un milagro que no fue arrollada y mientras más me acercaba, más corría asustada. Para mí fue de gran emoción y esperanza ver personas que se dieron cuenta de lo que estaba tratando de lograr decidieron unirse a la causa y ayudar a parar el tráfico, bloquear y hasta tratar de coger la perrita.

Finalmente, con ayuda de un angelito cogerla. Hoy se encuentra segura en el veterinario y gracias a la ayuda de todos es un perrito menos que acaba atropellado en la calle.

Mucha gente me bendice por la labor que hago y las agradezco pero es que personas como yo, que sentimos tanto por los animales, lo hacemos de corazón.

Mientras tantas personas en Navidad salen a comprar mascotas, hay miles en refugios. Animales que han sido rescatados en la calle porque la gente que no los quiere deciden tirarlos como si ese fuera mejor destino que acabar en un refugio donde puede ser eutanizado de ser necesario. Los animales en la calle sufren mucho. Hay muy poca compasión por la falta de respeto en general que tenemos a la vida, no solo animal pero humana. Muchos tratan a los animales como si fueran un ser que apenas existe y cuando se acuerdan le dan comida, agua...

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