Desesperada comunidad toalteña

TOA ALTA.- Los residentes siguen en tinieblas. La administración municipal alega estar, prácticamente, de manos atadas. El representante legislativo dice que está “presionando” a las autoridades. La gerencia de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) asegura que no los “ha olvidado”.

Mientras, los días pasan y la esperanza de reconexión del servicio de electricidad parece más lejana para los residentes del barrio Galateo Centro, uno de los 100 sectores rurales de Toa Alta que permanecen a oscuras desde el huracán María.

Al igual que en otras muchas comunidades puertorriqueñas, los vecinos de Galateo Centro están agobiados, cansados y desesperados no solo por la falta de electricidad, sino por la ausencia de transparencia que ha rodeado todo el proceso.

Nadie, denunciaron, les sabe decir una fecha aproximada para el restablecimiento del servicio, las razones para la ausencia de brigadas en la zona y cuándo llegará el material para realizar las labores. “Si le llevaran la verdad al pueblo y decirle ‘la luz viene en mayo’, pues uno está conforme y mentalmente uno se prepara. Pero si te dicen: ‘la luz viene la semana que viene y no llega’, ya te desesperas, porque no llegó”, sostuvo Carmen Delia Oropeza.

Ayer, un grupo de vecino convocó una manifestación ante la falta de acción en el sector. Hasta allí llegaron el alcalde de Toa Alta Clemente “Chito” Agosto y el representante, Nelson del Valle. Ninguno pudo ofrecer información precisa sobre cuándo se restablecerá el servicio, aunque sí admitieron la falta de materiales y de brigadas, locales o extranjeras, para realizar los trabajos.

“La zona urbana se ha energizado, pero los campos están olvidados y nosotros exigimos que se energicen ya porque aquí hay personas encamadas, con enfermedades terminales, niños que se han visto en depresión… la oscuridad crea ese ambiente para deprimirse”, expresó Luzaina Peña Rosado.

“Ha sido bien, bien triste pasar Navidad, Año Nuevo y ahora Reyes, porque está a la vuelta de la esquina, sin luz. Ya esto no aguanta más”, agregó la mujer, madre de un niño.

nada es igual

Brígida Cosme Calderón, de 80 años, pasa sus días entre su cama y una silla de ruedas, donde la ubica su sobrina para evitar que aparezcan úlceras en su cuerpo.

La familia invierte diariamente $20 para mantener operando el generador eléctrico durante la noche y tener el cuarto a una temperatura favorecedora.

Brígida es ciega y padece de artritis crónica. Su cuidadora calienta agua todos los días...

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