'Después de eso ya no me sentía segura'

Por Ricardo Cortés Chico

rcortes@elnuevodia.com

Un día como el viernes 31 de agosto, solo en el municipio de San Juan, ladrones se llevaron cinco celulares y cuatro computadoras portátiles. El día antes los pillos cargaron con otros cuatro celulares y el sábado siguiente con un número similar.

El daño, sin embargo, va más allá de los números. Hace dos años, Sonia Torres, al salir de su iglesia un viernes a eso de las 8:00 p.m., encontró que ladrones habían roto el cristal del chofer de su vehículo para llevarse el teléfono celular que, por descuido, había dejado en el automóvil.

No obstante, según relató, el peor daño no fue al cristal, tampoco la pérdida, en sí misma, del aparato. Lo peor es el sentido de inseguridad que desde entonces tuvo, especialmente cuando regresaba a su iglesia durante la semana o los domingos.

"Después de eso ya no me sentía segura por el área", dijo la mujer, de 63 años.

En su caso, el teléfono que le robaron se lo había regalado su hijo y era, entonces, "último modelo" en el mercado. Para el antropólogo Jorge Duany, no sería inusual que este sea el tipo de aparato móvil que busquen los ladrones ya que los teléfonos celulares indirectamente sirven como marca de "estatus social" entre las personas.

"En el...

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