Destrucción del Viejo San Juan

ÁNGEL COLLADO SCHWARZ

HISTORIADOR Y COMUNICADOR

Está ubicado en una isleta con un solo acceso por tierra. La ciudad no fue construida para vehículos de motor. Los gobernantes de turno la han salpicado con mejoras cosméticas como la instalación de nuevos adoquines, bancos o fuentes, pero su deterioro es notable. Aunque continúan existiendo aceras rotas, focos fundidos, parques clausurados, contenedores de basura malolientes y tiestos de madera sin plantas, el problema trascendental es el estado precario de los monumentos históricos.

La Iglesia Católica, custodia de muchos de los monumentos, carece de fondos para conservarlos. El propio obispado, uno de los edificios más históricos e importantes, que alberga una importante colección de arte, está en un estado de deterioro avanzado. La iglesia San José, una de las más antiguas del Nuevo Mundo, lleva varios años restaurándose. De un presupuesto de quince millones, apenas han conseguido una cuarta parte de los fondos.

La Catedral tiene sus tesoros escondidos a los visitantes, las escalinatas quebradas y una llamativa máquina de refrescos que perturba su fachada, la cual queda inmortalizada en las fotos de miles de turistas. Su iluminación inefectiva en la noche dramatiza la falta de un plan de iluminación nocturna para los monumentos como existe en las ciudades antiguas de otras partes del mundo.

Los propios fuertes y la muralla, custodiados por el Gobierno federal, también muestran deterioro, con matojos que van paulatinamente agrietando y quebrantando las antiguas estructuras. La ciudad tiene museos clausurados, con sus objetos almacenados o "extraviados". Las obras de arte de la Capilla del Cristo fueron removidas recientemente del Viejo San Juan. La Casa del Libro continúa en su eterna restauración.

Es absurdo que mientras se invierten millones de dólares en atraer turistas a la isla y se establecen hoteles lujosos, no haya fondos para preservar nuestro patrimonio nacional y cara al mundo. Peor aún, a nuestros gobernantes no sólo no les...

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