Detallan dolor de los niños

Por Eugenio Hopgood Dávila

ehopgood@elnuevodia.com

El bombero Benjamín Goytía, quien acudió a sofocar el fuego iniciado por la acusada en su hogar del barrio Saint Just, declaró que mientras sujetaba a la niña de tres años, Ilang Coral Monge, para que un paramédico la estabilizara, vio tres heridas punzantes en su abdomen y pecho.

"Ella decía: -mami, mami-, todo el tiempo, estaba alerta", dijo Goytía.

Luego a preguntas de la jueza, Inés Rivera Aquino, Goytía dijo que mientras la nena clamaba por su madre, ella estaba a pocos pies, pendiente de cómo vendaban a su hijo Yeriel, también apuñalado por ella, y no acudía a consolarla.

"Estaba tranquila, normal... lloraba pero no histérica ni en un ataque", dijo Goytía sobre la madre.

Después la doctora Racheli Abreu declaró que en la sala de emergencia del Hospital de Área de Carolina escuchó cuando Coraly dijo: "los maté, como que me entró algo y los maté".

Abreu atendió al bebé Yeriel, de un año, y a la madre, y dijo que la condición de ambos era la de "dos polos opuestos" porque el bebé se moría con heridas profundas que le dejaron las vísceras expuestas mientras la madre tenía "heridas superficiales" en el abdomen, contrastando el...

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