La deuda pública es inmoral

JOSÉ OSVALDO REYES

TRABAJADOR SOCIAL

Como es harto conocido, durante la pasada década, las administraciones políticas duplicaron el monto de la deuda pública del País para poder cubrir los gastos del Gobierno. Hoy, los puertorriqueños debemos más de lo que producimos en bienes y servicios. Ello ha fracturado severamente el rol del Gobierno como mediador económico, ha socavado la calidad del servicio público y ha coartado los derechos obtenidos de trabajo y protección social de múltiples sectores. Estaríamos muy equivocados si asumiéramos que la deuda pública de Puerto Rico no posee un carácter moral y ético que reclama atención y análisis.

Como diría el padre Iriarte, la situación actual nos exige replantearnos la pregunta de si se puede pagar o no para salvar el crédito, por la de si se debe pagar o no para evitar una explosión social sin precedentes en Puerto Rico. En esto radica el carácter ético-político del abordaje a la situación de la deuda pública.

Para encontrar respuesta a este carácter ético-político, resulta importante responderse algunas preguntas sobre el proceso de endeudamiento que sufrió el País durante la pasada década.

Entre otras cuestiones, deberíamos preguntarnos...

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