¡Qué día!

Ruth Merino Méndez

Esta es mi exhortación: además de las consabidas carreras de última hora, consuélense pensando en que no somos los únicos seres vivientes de este planeta que se ven obligados a aportar al bienestar común.

Según los científicos, estamos en muy buena compañía. Si un mono Rhesus, por ejemplo, encuentra comida y no alerta a su grupo, se expone a recibir una contundente paliza. Entre algunos pájaros australianos, los jóvenes pagan por su derecho a recibir la protección de la colonia ayudando a los mayores a criar a sus bebés. ¿Y qué me dicen ustedes de las abejitas y las hormiguitas? No pierden el tiempo lamentándose, se los aseguro. Su objetivo es claro: trabajar arduamente para mantener sus colmenas saludables y prósperas.

En cuanto a nuestra propia especie, los impuestos tienen una larga historia. Ahora entregamos (sin muchas ganas, como bien sabemos) parte de nuestras ganancias. En el pasado remoto, nuestros antepasados compartían uno de sus principales...

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