El día que Alí salseó a Foreman

Por Jorge L. Pérez

jperez@elnuevodia.com

Para lograrlo, el otrora Cassius Clay tuvo que ir a Kinshasa, Zaire -país conocido hoy en día como la República del Congo- y pasar allí par de meses en pleno verano.

Fue una estadía que se prolongó más de lo debido cuando una cortadura sobre la ceja derecha de Foreman provocó que con ocho días de antelación se suspendiera la fecha original del 26 de septiembre y el combate fuera reprogramado para el 30 de octubre.

Y como el presidente del país, el dictador Joseph Mobutu, era quien había puesto todo el dinero, incluyendo una bolsa sin precedentes de $ 10 millones para que repartiera entre los dos peleadores un promotor hasta entonces poco conocido llamado Don King, este exigió que Alí ni Foreman abandonaran el país debido al aplazamiento, como temiendo que se marcharan y decidieran no regresar.

La leyenda de la pelea asegura que Alí aprovechó ese tiempo adicional para compenetrarse a fondo con el país y echarle abono a sus raíces africanas, mientras que Foreman -quien en esa época destilaba una personalidad taciturna y antisocial-, se mantuvo encerrado en su campamento y rodeado hasta la asfixia por su séquito de ayudantes.

Como casi siempre sucede, por los alrededores había un boricua que pudo paladear toda esta escena: se trata del músico de salsa Roberto Roena, quien viajó a Zaire como parte de la Fania All Stars -junto a Celia Cruz, Héctor Lavoe y otros grandes- para participar en un súper concierto de tres días en homenaje a la música negra, incluyendo a figuras como James Brown, Stevie Wonder, B.B. King y muchos más.

Pero, al contrario de la cartelera, el festival musical -que debía celebrarse del 22 al 24 de septiembre, inmediatamente antes de la fecha de la cartelera- no pudo reprogramarse, por lo que Roena y los demás músicos ya habían abandonado el país semanas antes de que Alí se valiera de su famoso 'rope-a-dope' -la táctica improvisada de quedarse recostado de las sogas cubriéndose con los guantes, azuzando a Foreman para que consumiera toda su energía tirándole un golpe tras otro- para desgastar a un Foreman que era favorito 5 a 1 en las apuestas.

"Fuimos para allá todos los músicos -incluyendo todos los americanos- en un avión fletado enorme que salió de Nueva York", dijo Roena los otros días. "Recuerdo vi pasar el día, luego la noche, luego otra vez el día y otra vez la noche, por lo largo del viaje".

Una vez en Zaire, Roena nunca vio a Foreman -como casi tampoco lo veía casi nadie-...

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