UN DÍA A LA VEZ

Camile Roldán Soto. croldan@elnuevodia.com

FOTOS SUMINISTRADAS / OMAR CRUZ

Acostado sobre un mullido sofá, el cantante escucha en su laptop una movida melodía de Rihanna. Al sentirnos se levanta. Está descalzo. Vestido de negro. Camiseta y pantalón holgado. Muy sonriente, saluda.

A su alrededor, las señales más obvias de un cuarto habitado por niños: el televisor encendido en el canal de dibujos animados y dos biberones de leche vacíos. Es la primera vez que Ricky lleva a sus hijos, Mateo y Valentino, de gira. El reto de procurar un ambiente saludable para ellos y al mismo tiempo, cumplir con la exigente preparación para encarnar al Che Guevara en el musical "Evita", que estrena en Nueva York en enero, convirtió la agenda de la gira "Música + Alma + Sexo" -que culmina el sábado próximo en la Isla- en toda una aventura.

Días antes de nuestro encuentro se vio obligado a cancelar uno de sus conciertos por una dolencia en el cuello, consecuencia del efecto acumulativo en su cuerpo de casi tres décadas de carrera y varios pasatiempos extremos. A sus 39 años, tiene una cervical y tres vértebras lumbares herniadas. Pero a pesar del expediente médico, Ricky no concibe renunciar a la intensidad. Su apetito por la adrenalina es innato.

Ahora que eres padre ¿te cuidas más de lo extremo?

¡No, no! Yo quiero seguir haciéndolo. A mí me gusta la adrenalina y la euforia. Sigo practicando el paracaidismo. Me gustan el surfing y la capoeira. Honestamente, cuando lo hago me siento bien. La capoeria, que es un arte marcial, me ayuda muchísimo con el fortalecimiento muscular, que es bastante importante porque me protege de las lesiones. Así es que hace falta seguir haciéndolo.

Después de tanto, ¿qué significa para ti tener una relación de pareja y criar?

Dentro de todo el trabajo que he tenido desde los 12 años he tenido una vida estable. Vivo sumamente agradecido de todos los pasos que he dado y lo que se me ha presentado en esta vida. Al día de hoy, dentro de toda la locura que representa la fama, los viajes, un día aquí otro día allá, todo viene en orden divino. He creado esa euforia y esa adrenalina en estos 39 años, pero de la misma manera pues hoy estoy súper bien. Viviendo un día a la vez.

¿Cómo imaginas el mundo que le tocará vivir a tus hijos?

Espero rodearlos de cosas buenas, obviamente siendo realista; exponerlos a las diferentes realidades, quiero decir. Ahora mismo empezamos la escuela y estoy tratando de que aprendan que todos somos diferentes...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR