La dieta de nunca acabar

Por Edwin A. Rosado Olivieri

Ciencia Puerto Rico

Así, casi por intuición, nos sometemos a intensas dietas y programas de ejercicios para esta época. Mientras, en los medios, somos bombardeados con ofertas de productos para adelgazar que contribuirían a éste, nuestro nuevo menester.

Para muchos, esta resolución resurge año tras año. Es así como, buscando adelgazar, nos sometemos a prácticas de alto riesgo para nuestra salud siguiendo casi un círculo vicioso.

En general, personas que siguen dietas bajan de peso. Sin embargo, estudios han demostrado que la mayoría de las personas, luego de cinco años de completar una dieta, vuelven al peso original o ganan más peso al perdido. Cuando esto ocurre asumimos que la razón para esto es la falta de disciplina o el no tener suficiente fuerza de voluntad para conseguir y mantener nuestro peso ideal. Estas son presunciones inherentes a una cultura que propone que con esfuerzo se consigue lo que quiere, por tanto, el peso corporal es una cuestión de elección, un producto de esfuerzo y carácter.

Sin embargo, no tomamos en cuenta los cambios fisiológicos que ocurren en nuestro cuerpo cuando nos sometemos a estos regímenes para perder peso que hacen que la pérdida permanente de peso sea difícil. Se conoce que el cuerpo sufre cambios metabólicos y hormonales mientras se está perdiendo de peso. Recientemente se ha sugerido que el cuerpo se mantiene en un estado biológicamente alterado hasta un año después de un periodo de pérdida de peso significativa.

La restricción calórica y la pérdida de peso causan la reducción rápida de los niveles de las hormonas leptina y colecistoquinina. La primera actúa en nuestro cerebro para reducir la ingesta de alimentos y el apetito. La otra, en cambio, es producida en el intestino delgado para facilitar la digestión de grasas. Los niveles de la hormona conocida como péptido YY, asociada a la supresión del hambre, también bajan anormalmente.

Otro cambio es el aumento de hormonas como la ghrelina, conocida como "la hormona del hambre", que también actúa en nuestro cerebro para provocar aumento del apetito. Debido a estos cambios fisiológicos, nuestro cuerpo actúa como si estuviésemos pasando una hambruna, y así, continúa luchando en contra de la pérdida de peso.

Un estudio dirigido por Joseph Proeitto de la Universidad de Melbourne sugirió que estas alteraciones fisiológicas y metabólicas en nuestro cuerpo pueden ser las responsables de volver a ganar peso luego de una dieta...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR