Difícil lograr la risa

Por Juanma Fernández-París

Especial El Nuevo Día

El concepto aparenta ser bastante simple. El bienestar de la Tierra y sus humanos están bajo la supervisión de un Dios que envía ángeles para encarrilar a los mortales hacia el camino del bien. Sin embargo, el ángel identificado como X-100 (Carmen Rodríguez) nunca puede cumplir sus misiones porque se contagia del espíritu de fiesta de los humanos que tiene que ayudar. A pesar de haber arruinado su misión en el Distrito Federal de México por irse de fiesta a Cancún, la protagonista recibe una oportunidad para reivindicarse cuando la envían a un pueblito en la República Dominicana.

De estar bien construido, el resto de la historia sería una comedia de situaciones donde tanto los personajes del pueblo como la protagonista aprenden varias lecciones positivas. Y aunque esto es lo que se trata de ejecutar, la trama nunca arranca dado a que el guión no se molesta en dar más información que le de credibilidad a la fantasía particular que está vendiendo.

Me explico, a pesar de que tiene una supervisora directa, 'X-100' es enviada a la Tierra sin ningún tipo de instrucciones de lo que tiene que hacer. ¿Cuál es su misión? ¿Cuántos poderes tiene? ¿Para qué los puede usar? Todas estas interrogantes...

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