Disciplina que floreció

Por Rubén A. RodrÍguez

Enviado Especial

Sin embargo, como todo niño normal, el hoy miembro del Salón de la Fama, hacía travesuras propias de un chamaco de su edad, aunque jamás pudo superar en ese renglón a su hermano Sandy Alomar, Jr.

"Fue un niño bueno, bien bueno. Bien obediente. Era travieso como todo los muchachos de su edad, pero era obediente", dijo doña María Velázquez, madre del exintermedista de las Grandes Ligas. Pero, ¿cuál de los dos era el mas travieso?, preguntó El Nuevo Día.

"Sandy, Sandy, Sandy", dijo riendo en una charla con este diario en las afueras del Ostega Hotel. Alomar, Jr, quien era esperado ayer en esta ciudad, es el mayor de los hermanos.

Este también tuvo una destacada carrera en las Mayores, pero como receptor. Sin embargo, agobiado por las lesiones tuvo que retirarse en el 2007 a los 41 años.

"Es un hijo maravilloso. Es un muchacho con corazón noble. Como todos en la familia, es una persona de principios", agregó la salinense sobre Roberto.

Velázquez es una heroína. Fue ella quien tuvo la responsabilidad primaria en la crianza de sus dos pequeños mientras su esposo Santos jugaba béisbol en las Grandes Ligas. Mientras este estaba en los Estados Unidos, en Salinas Velázquez se encargaba de disciplinarlos y educarlos.

De hecho, la retirada maestra dijo hace muchos años en una entrevista a El Nuevo Día que había sido cuesta arriba para ella todo este proceso y llegó a indicar que el béisbol le había "robado a mi familia".

"Recuerdo que dije eso. Y era cierto", dijo sonriendo. "Pero hoy...

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