El discreto poder de la vida

NGEL DAR? CARRERO

ESCRITOR Y SACERDOTE FRANCISCANO

Tratan de adivinar el adivinador y la adivinadora. ¿Ha querido controlar a toda instituci?ue piensa por s?isma? ¿Ha desprotegido a la Naturaleza para cultivar trozos de materia est?l? ¿Ha promovido el descontento hasta en la casa misma de la alegr?

Castigos brutales frente a cualquier asomo de protesta. Aumento constante de impuestos. Nombramiento de funcionarios que no responden al pueblo. Creaci?e una nueva oligarqu?extorsionista. Control total de los magistrados y de los resortes del poder religioso.

Adivina el adivinador. Sobran los candidatos en la ancha historia, pero nos referimos al reinado de Herodes el Grande.

Roma gobernaba sobre sus territorios por medio de soberanos nativos que se comportaban como vasallos del emperador. Herodes gobern?dea defendiendo celosamente los intereses del imperio romano. De este modo, garantiz? que m?le importaba: el afianzamiento de su propio poder. Aunque era hijo de una familia idumea, sus acciones d?otas y serviles hicieron que el pueblo nunca lo considerara jud?

Herodes utiliz?das las estrategias posibles para asegurar su continuidad real. Se ocup?litarmente de las fuerzas extra? M?tarde, hizo desaparecer a gente muy cercana. Su cu? Arist?o, por ejemplo, apareci?ogado en una piscina de Jeric? apuesto que sab?nadar. Asesin?mbi?a su esposa Mariamme; no sin antes acusarla de adulterio. De paso, sac?l mapa de los vivientes a su suegra Alejandra. Como un voraz Saturno, Herodes tambi?asesin?varios de sus propios hijos. Estrangul?Alejandro y a Arist?o, los herederos leg?mos del trono. En el ocaso de su vida todav?le quedaron fuerzas en su cuerpo marchito para ejecutar a otro hijo que, simb?amente, llevaba su mismo nombre. Herodes aniquil?Herodes, reza la historia.

Con la misma fuerza que limpiaba el paisaje de los estorbos sociales, pol?cos y familiares, elevaba fortalezas, torres, palacios, residencias, anfiteatros, circos para juegos, monumentos y paseos porticados. Su ego, enfermo de poder, calculaba, pisoteaba castigaba, eliminaba y, sobre el espacio desolado, reproduc? piedra a piedra, el edificio de una ambici?esbocada. Herodes fue, sin duda, el m?grande constructor de Oriente. Logr?vantar espectacularmente el templo de los jud...

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