Se dispara la venta mundial de rompecabezas

El actor británico Patrick Stewart alguna vez llamó una "sociedad secreta" al mundo de los rompecabezas. Siempre han tenido fanáticos de alto perfil, como el también ducho de las artes histriónicas, Hugh Jackman, pero la mayoría sólo hablaba a susurros sobre su pasión.Ahora, ya que una gran parte del mundo vivió o vive en confinamiento y buscó desesperadamente cómo matar el tiempo, los rompecabezas han asumido un nuevo papel: ahora son herramienta para salvar a la humanidad.Scott Morrison, el primer ministro de Australia, incluso se refirió a los rompecabezas como esenciales y permitió -durante el estricto encierro- que la gente salga de sus casas para comprar rompecabezas.La prisa por conseguir un rompecabezas, en los momentos más críticos de la pandemia, presionó sin lugar a dudas a las compañías, pues la demanda se disparó por encima de los niveles navideños.Ravensburger, fabricante alemán de rompecabezas con ventas mundiales de alrededor de $600 millones al año, ha intentado satisfacer el voraz apetito de los consumidores por este pasatiempo, aún cuando las medidas de distanciamiento social han limitado la cantidad de rompecabezas que puede producir en su fábrica en el sur de Alemania.La empresa no puede redoblar su producción con facilidad porque se necesitan semanas para crear cada rompecabezas nuevo. Cada pieza es dibujada a mano y debe tener una forma singular para evitar que quepa en el lugar equivocado.Antes de cortar un rompecabezas, cada pieza es bosquejada en una hoja de papel colocada encima de la imagen terminada. Piezas de metal se moldean para crear un elaborado molde de galletas. Hacer uno tarda unas cuatro semanas.El molde puede usarse una cantidad limitada de veces antes de que sus bordes se desafilen. Se puede volver...

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