Doña Toñita, mujer centenaria y muy feliz

Por Sandra Caquías Cruz

scaquias@elnuevodia.com

"Éramos cinco hermanos, pero esos salieron más flojos que yo. Murieron jóvenes... yo digo: '¡Ay, Dios mío, por qué me tienes aquí tanto rato!'", añadió con jovialidad la mujer que el próximo 10 de julio cumplirá 104 años.

Doña Toñita, como prefiere que la llamen, es una persona de buen humor. Se acompaña con un rosario y dedica sus días a rezar. También tiene en su rutina ver la misa televisada al mediodía. Luego de eso, almuerza.

La alimentación que la mantiene en pie incluye carne de cerdo -por lo menos dos veces a la semana-, muy poco arroz, pan -muy poco-, mucho bacalao y café.

Desayuna a diario un plato de frutas frescas y no regresa a la cama sin beber una taza de leche con jengibre.

Esta barranquiteña, quien toma siete medicamentos al día, utiliza audífonos y asoma sus ojos verdes detrás de espejuelos, ambos artículos comunes en personas de la tercera edad que la ayudan a mantenerse en contacto con la cotidianidad. Está tan alerta a lo que ocurre que, cuando se entera de algún suceso trágico, toma el teléfono y llama a la familia para saber si todos están bien.

Doña Toñita, quien quedó viuda hace 22 años, se crió en un campo de Barranquitas. Cocinó con leña gran parte de su vida, por lo que le atribuye al humo de la leña las terapias respiratorias que, con la ayuda de su hija Miriam Aguirre, recibe todas las noches.

La mujer camina con la ayuda de un andador y asegura que no tiene dolamas serias.

"Esos son achaques a los que yo no les hago caso", dijo sobre el dolor en una pierna. "Gracias a Dios puedo moverme y me baño solita", subrayó antes de elevar su mirada al cielo y agradecer a Dios por todo lo que tiene y sus años de vida.

La longeva mujer, quien se describe como estadolibrista del rollo, describió con orgullo que conoció al exgobernador Luis Muñoz Marín y a su esposa Inés María Mendoza. "Muñoz Marín tomó café del que yo hice", recordó.

"Ese Muñoz Marín fue el que sacó a Puerto Rico de la miseria", insistió mientras recordaba las veces en que congregó en su casa a los seguidores del exgobernante.

Esa empatía con el exgobernador popular no fue igual a la que tiene con su primo hermano, Rubén Berríos Martínez, presidente del Partido Independentista Puertorriqueño. Narró que este nunca la pudo convencer de que dejara de votar por la Pava. "Él se crió en el pueblo y yo me...

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