DOBLE VIDA POR UNA PASIÓN

Por José R. Pagán . jpagan@elnuevodia.com

Llevan una doble vida, podría decirse. Mientras mantienen latente la escena musical isleña, a la vez cumplen con las responsabilidades en sus centros de trabajo. Viven haciendo ese equilibrio entre las emociones que transmiten al público y la satisfacción del deber cumplido.

"Hacer música es el trabajo que de verdad se disfruta, pero no paga 'biles'", afirma Christian Acevedo, tecladista, compositor y líder de la banda Somvazio.

Christian es ingeniero y separa los fines de semana para su hija y la música, pues de lunes a viernes trabaja entre ocho y nueve horas diarias como analista de proyectos en un centro de servicio aeroespacial.

"Hay bandas que se autosostienen (a nivel económico), pero en otros casos se invierte mucho dinero de nuestros bolsillos", agrega el músico sobre una realidad con la que coinciden algunos de sus colegas.

Son muchos los artistas en esta Isla que hacen ambas cosas. La clave, según ellos, está en saber organizarse. Si bien conocemos de su movida artística -esa parte pública que es en sí el 'performance' frente a sus seguidores- pocas veces se expone el hecho de que, además de rockeros, muchos son profesionales.

No todos están tras un escritorio, pues el panorama laboral está repleto de opciones. Hacen trabajos muy variados, pero en cualquier caso siempre es para encontrar el sustento que llena el bolsillo. El que les llena el espíritu lo encuentran en los escenarios.

Míster Muñiz, el maestro de tecnología, llega cada mañana a la escuela superior Asunción Rodríguez de Sala, en Guayanilla. Hace 14 años que inició el trabajo docente, casi el mismo tiempo que tiene formada su banda, que comenzó llamándose Camino al Sur y en 1999 se convirtió en Los Rufianes.

"Me gusta lo que hago porque puedo combinar la música con la educación. Una vez di una clase de inglés a son de guitarra. Tengo tres hijos y les enseño con música", cuenta el cantante de temas como "Dame tu corazón" y "Despeinada".

Con ocho horas diarias en el plantel escolar y la visión de que "transmitir conocimiento nunca termina", Tommy se la pasa entre estudiantes y el público que les sigue. Generalmente sube a tarima los fines de semana y esa dicotomía surte efecto en su personalidad.

"Soy enérgico en todos lados, pero en la tarima soy un personaje. En el salón soy un poco más formal y procuro disciplina. Siento mucha satisfacción por lo que puedo aportar a la sociedad, pero la música es lo que me gusta. Cuando estoy...

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