Entre el dolor y la rabia los vecinos de El Prado

Por Osman Pérez Méndez

osman.perez@elnuevodia.com

No se trataba de una camiseta cualquiera, pues en su parte frontal estaban impresas las fotos de las seis víctimas mortales del brutal atropello que ocurrió el viernes pasado en la noche, a la entrada de dicho residencial riopedrense.

"La gente está bien solidaria, bien considerada con esa familia que está bien consternada. Por eso es que no escuchas música ni nada por ninguna parte", comentó ayer en la tarde Carmen Berríos, líder comunitaria del residencial y a quien la familia le ha confiado la tarea de ayudar a coordinar asuntos relacionados con los funerales y el sepelio.

No empece a la tranquilidad que imperaba en el residencial El Prado, la líder comunitaria aseguró que "hay un coraje inmenso, mucha rabia".

Y es que no es para menos, puesto que el suceso involucró a siete miembros de una familia del residencial: una envejeciente, una joven mujer, dos niñas, un niño y una bebé. Solo una niña sobrevivió a la brutal embestida de un vehículo hurtado que marchó por encima de una isleta para atropellar a las siete personas.

En medio de los preparativos para la jornada fúnebre, el residencial recibió la visita de uno de muchos grupos que han ofrecido su ayuda, la Alianza Sicosocial de Puerto Rico. Estos especialistas ofrecerán sus servicios a la comunidad afectada, que incluye a unas 750 personas de sobre 200 familias. Casi la mitad de ellos, unos 350, son niñas y niños que compartían a diario con los menores víctimas de la tragedia.

Del otro lado de la calle, en la sede de la Asociación Adventista del Este, también había preparativos en el Centro Juvenil donde serán velados los cuerpos hoy. Las puertas se abrirán al público general a partir de las 7:00 p.m. El público también podrá acudir a despedir a la familia de El Prado el jueves, entre 10:00 a.m. y las 12:00 del mediodía, cuando la comitiva fúnebre partirá al Cementerio de la Capital para el sepelio.

Ayer, de hecho, decenas de personas acudieron a la Asociación Adventista pensando que los actos fúnebres ya habían iniciado. Según se explicó, todo el proceso se atrasó porque al menos una de las víctimas mortales había donado sus órganos, y porque el trabajo con los cuerpos se hacía más complejo por el nivel de daño que sufrieron.

Frente al Centro Juvenil, Rafael Saldaña, padre de Anthony y Génesis, fallecidos ambos en la tragedia, habló brevemente con la prensa mientras sus fuerzas para contener el llanto se lo permitieron.

"Su...

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