Doloroso testimonio de la madre de Yexeira

Por Mariana Cobián

mariana.cobian@gfrmedia.com

En medio de su testimonio en la vista preliminar contra el imputado de asesinar a su hija, Roberto Quiñones Rivera, Pacheco dijo que esa era la única explicación por la cual no sabe de su hija desde el 24 de octubre de 2011.

"Que está muerta. Es la única razón para que no se comunique conmigo. Él (Quiñones Rivera) sabe que yo amo a mi hija. Yo le decía, 'te amo, hoy te amo más que ayer, te amo más que mañana', y no sé porqué no me dice dónde está. Es la única manera que no se comunique conmigo (sic). (Comienza a dar golpes en la mesa y a gritar) ¡Que está muerta!", expresó Pacheco, quien comenzó a llorar, mientras el imputado la miraba serio.

El juez César Almodóvar Marchani, del Tribunal de Carolina, decretó un receso y la enfermera del centro judicial fue a la sala a tomarle la presión a la mujer, quien sufrió un derrame cerebral en mayo pasado.

Abrazada a la técnica de víctimas y testigos que le brindaba apoyo en sala, le dijo "yo quiero terminar", refiriéndose a su testimonio. Aunque el interrogatorio de la fiscal Alma Méndez terminó, falta todavía el contrainterrogatorio del abogado Jorge Gordon.

"Yo estoy muerta en vida", le dijo Pacheco a la técnica.

El juez dejó la continuación de la vista preliminar para el 5 de octubre.

Previamente, Pacheco declaró que su hija de 23 años se graduó en mayo de 2011 de bachillerato en justicia criminal y que era bailarina del rapero juvenil, Miguelito, y otros artistas de reguetón. Además, expresó que tenía su propio negocio de ropa urbana en Carolina que montó con $ 16,000 que recibió producto de una demanda contra un joven de 13 años que la atropelló cuando ella tenía la misma edad.

Contó que la última vez que vio a su hija fue el 22 de octubre de 2011 y la última vez que habló con ella fue el día 24 del mismo mes.

En un momento dado, Pacheco miró al imputado y le rogó que le diga dónde está su hija, ya que su cuerpo no ha sido encontrado.

Recordó que días después de no saber de su hija, le "explotó" a Quiñones Rivera, en referencia a que lo llamó en múltiples ocasiones y que le envió mensajes de texto. En los mensajes, le reclamaba para que le dijera dónde estaba su hija y le imploraba que se la pusiera al teléfono, "quiero saber si está bien".

"Estaba suplicándote, rogándote", manifestó Pacheco.

Finalmente, el 30 de octubre de 2011, Quiñones Rivera la llamó.

"Me dice: 'Iris, yo no quería que las cosas fueran así, pero tenía que aprender a respetar...

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