Domadora de escenarios

Por Tatiana Pérez Rivera . tperez@elnuevodia.com

La historia en Chile era otra. Allí, "desinhibida" era el adjetivo que mayormente estaba unido a la actriz santurcina Mariana Quiles.

"La puertorriqueña desinhibida sigue vivita y coleando. Lo que pasa es que aquí todo el mundo es desinhibido, nos abrazamos, nos tocamos, soy una más, soy común", dice la joven que desde los seis hasta los 19 años se entrenó en ballet y luego siguió una carrera actoral hechizada por la interpretación en las tablas.

A Chile partió en 2005 en busca de una "maestría práctica" que la preparara como directora teatral. La completó y, de paso, se asomó a la televisión de ese país en principio motivada por el deseo de generar ingresos ante la enfermedad de su mamá. Fue recurso de "Pollo en conserva", de "Así somos" y de "Juga2" e hizo "un bolito como venezolana" en la teleserie "Lola", que protagonizó Jorge Alberti.

¿Cómo llegó del ballet al teatro? "Al principio fue obvio", cuenta Quiles saboreando una taza de café y recordando cómo con cuatro años regresó de Michigan con sus padres Edgar Quiles, director de la Sección de Teatro del Ateneo Puertorriqueño, y la socióloga Ana Fabián, una vez éste culminó su doctorado en Teatro.

"Desde chiquita estoy en el teatro", confirma. "No habían chavos para el babysitting, así que mis papás decían 'pongan a Mariana en una esquinita en lo que ensayamos'. Cuando chiquita los actores te parecen muy divertidos porque son extrovertidos, pero ya con diez años te cansas".

El ballet llegó como remedio a su dificultad de concentrarse. Tenía seis años cuando ingresó a Ballets de San Juan y, sin duda, logró enfocarse. Se enamoró del baile en puntas, de la entrega y la disciplina que exige.

"Con el baile fui a Cuba, a Nueva York, corrí el mundo y me dejó disciplina, rigor, respeto. El baile es un estilo de vida, punto; desayunas, almuerzas y comes eso todo el tiempo", menciona.

A los 19 años, cuando ya el ballet no era su pasión principal, se permitió aceptar que seguía los pasos de su padre, que el teatro la complacía a largo plazo. Se formó en dicha disciplina en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras con el veterano Dean Zayas e integró el Teatro Rodante.

"Me gusta estar en el escenario, tanto al frente como atrás. Nací ahí, es lo que conozco. No me gusta la rutina, no podría estar en una oficina de nueve a seis con una hora de almuerzo", sostiene.

Cuando el bachillerato acabó, llegó a Chile. Allí sorteó diferencias culturales y...

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