Dominado por sus instintos

Por Juanma Fernández-París

Especial El Nuevo Día

Su lista de directores incluye a Baz Luhrmann (Romeo and Juliet), James Cameron (Titanic), Danny Boyle (The Beach), Woody Allen (Celebrity), Steven Spielberg (Catch Me If You Can), Sam Mendes (Revolutionary Road), Ridley Scott (Body of Lies), Christopher Nolan (Inception), Clint Eastwood (J. Edgard) y Quentin Tarantino (Django Unchained).

Sin mencionar que durante la última década ha reemplazado a Robert De Niro como el colaborador permanente de Martin Scorsese en cuatro filmes (Gangs of New York, The Aviator, The Departed, Shutter Island) que ya han estrenado y Wolf of Wall Street que está pautado para llegar a los cines a finales de este año.

Esta semana la gran filmografía de DiCaprio se sigue expandiendo con una nueva versión de The Great Gatsby, cinta que marca su segunda colaboración con Luhrmann, el hombre que lo transformó en el ideal romántico mucho antes de que James Cameron decidiera volver a hundir el Titanic.

Durante la rueda promocional de la película, el actor se sentó a charlar con El Nuevo Día sobre su perspectiva adulta de la novela de F. Scott Fitzgerald y las razones por las que las etiquetas de estrella de cine o ideal romántico no le interesan.

Tanto los productores de este filme como Baz Luhrmann estaban convencidos de que no ibas a aceptar este rol.

(Sonriendo) ¿De verdad? ¿Qué te dijeron?

Mencionaron que pensaban que ibas a rechazar el rol porque Gastby representa un arquetipo romántico que has evadido desde "Romeo y Julieta" y "Titanic".

Pues la realidad es que pensaron eso porque me tomé mi tiempo en aceptar el proyecto. Y aunque sí me demore algo, yo sabía, cuando recibí la llamada de Baz, que no iba a poder decir que no, no importara lo que fuera. Lo genial de trabajar con él son las exploraciones artísticas que haces del material mucho antes de llegar a la filmación. Y fue precisamente durante ese proceso que pude apreciar la novela de Fitzgerald de otra forma y darme cuenta de que la relación entre Gatsby y Daisy no es un romance tradicional. Él no la ama a ella. Ella representa una especie de meta que él quiere obtener. A él no le interesa tener un 'feliz para siempre' con ella. No, ella es la clave para poder satisfacer su obsesión de borrar su pasado. Y para que eso suceda, él tiene que construir un castillo más grande que el del esposo de ella. Ella se tiene que mudar con él y decirle a su pareja que nunca lo amó. Eso claramente no es amor. Es una versión...

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