Don Juano chusmea a don Pedro

EDGARDO RODRÍGUEZ JULIÁ

ESCRITOR

Nosotros viajábamos allá a coger tomates y ellos viajaban acá a retratarnos. Éramos pobres y ellos, los yanquis, inmensamente ricos. Aquellas representaciones sudaban resentimiento.

En esta revista ¡Qué pasa!, "the Official Magazine Puerto Rico Tourism Company", la simetría anterior parece haberse disfrazado, quizás desfigurado. En un anuncio a página completa donde se recomienda una visita al Old San Juan, y que lleva el cabezote de "Destination Metro", aparece esta fotografía que me ha dejado perplejo y desubicado, como si yo me hubiese mudado a Orlando y el Viejo San Juan fuera una escenografía exótica de Disneyworld.

Se trata de una pareja de turistas que miran con curiosidad el grabado de Dennis Mario colocado sobre una de las fachadas de la calle San Sebastián.

Ese grabado, que originalmente fue pasquinado sobre la fachada del más antiguo local de Los Hijos de Borinquen, hoy sobrevive en lo que evidentemente es un edificio restaurado y recién pintado.

La obra del artista representa a don Pedro Albizu Campos de cuerpo entero, vestido de negro y con lacito de pajarita, chaleco y bastón, en esa pose que para muchos significa la dignidad de quien pagó con su libertad el amor a la patria, tal como lo relató René Marqués en el cuento "Otro día nuestro", un Quijote algo patético y anacrónico.

Esta obra gráfica se titula "Don Pedro y los pitirres", y ya se ha convertido en efigie "emblemática" -de nuevo, la dichosa palabreja- de ese independentismo "quedao" que celebra sus euforias entre las Fiestas de la Calle San Sebastián y el 23 de septiembre, día del Grito de Lares.

Hasta ahora todo iría bien: se trata de una pareja de turistas que curiosean una sorprendente obra de arte. Pero entonces pasamos del lugar -quizás común- a la extrañeza, porque estos turistas no se apellidan Smith, o Kowalski, sino fatalmente Pérez o Rodríguez. Ella es más bajita que él, apenas le llega al hombro, está agarrada al brazo de su marido y escruta la efigie de don Pedro. Ya está en los setenta, por lo que tiene el cabello algo ralo. Luce un "pant suit" suburbano bayamonés "vintage 1973", de estampado con flores...

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