Duermen en sus carros por los turnos de desempleo

Alberto Pérez durmió dos noches consecutivas en el estacionamiento del Centro de Convenciones de Puerto Rico, en Miramar, con tal de conseguir para ayer uno de los 300 turnos diarios de solicitudes de desempleo.Natural de Ponce, el cocinero, de 46 años, se quedó sin trabajo a consecuencia del desastre económico provocado por la pandemia de COVID-19 y, desde marzo, ha intentado obtener -sin éxito- el beneficio. Llegó a San Juan el martes, poco después de las 8:00 p.m., y durmió en su carro. A primera hora del miércoles, hizo la fila de los turnos y consiguió el #298 para ayer. Como no tiene familia ni amistades en el área metropolitana, pasó nuevamente la noche en su vehículo."Tengo una neverita y almohadas en el carro, pero esto es algo realmente patético, sobre todo en las noches, porque no hay ni servicios sanitarios para todas las personas que nos quedamos aquí. Por las noches, la historia es bien distinta a por la mañana; gente acostada en la acera o sobre la grama, incluyendo personas mayores. Es algo realmente patético", relató Pérez ayer a media mañana.El Departamento del Trabajo y Recursos Humanos habilitó oficinas temporales en el Centro de Convenciones, en un intento de agilizar la atención a las más de 200,000 reclamaciones por desempleo recibidas a causa de la pandemia. Pero, a juzgar por lo que atestiguaban los ciudadanos, el esfuerzo no ha sido suficiente.Al cierre de esta edición, fue imposible obtener una reacción de la agencia.No muy lejos de Pérez, estaba Suemary Berríos, de 41 años y residente en Bayamón, quien se quedó sin trabajo como asistente de servicios al estudiante de...

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