La dura realidad del bolsillo boricua

Por Joanisabel González

joanisabel.gonzalez@elnuevodia.com

La Encuesta de las Finanzas de los Hogares de Puerto Rico, el primer ejercicio de esta índole en la Isla, revela empíricamente que las familias de clase media en la Isla parecen haberse estancado financieramente en lo que respecta a los recursos que poseen para cubrir necesidades como vivienda, alimentación, salud, educación y jubilación.

Asimismo, el análisis revela que cuando se excluye el dinero dirigido al pago de deudas como la casa o las tarjetas de crédito, tanto las familias pertenecientes a la clase más baja y la clase más acaudalada, prácticamente cuentan con igual patrimonio en términos netos: entre $ 26,258 y $ 28,876.

En otras palabras, mientras casi la mitad de la población de la Isla se encuentra bajo los niveles de pobreza, según estándares federales, las cerca de 130,000 a 160,000 familias que integran la llamada clase media de Puerto Rico parecen, cada vez más, inclinadas hacia la pobreza.

"Nos encontramos en una situación de vida precaria", dijo Sergio Marxuach, director de Política Pública para el CNE.

Según Harold Toro, a cargo de Investigación en el CNE, en Puerto Rico, en las pasadas cuatro décadas, la aspiración principal de los puertorriqueños ha sido tener un hogar. Para alcanzar esa meta, el Gobierno aprobó incentivos como deducir los intereses hipotecarios del pago de impuestos. En el 2007, el 74% de los participantes del estudio reportaron ser dueños de la propiedad.

En parte, explicó el sociólogo, la tenencia de hogar propio fue posible gracias a una mejora en los ingresos de los puertorriqueños por la industrialización.

En 1970, aproximadamente el 65% de las familias tenían ingresos de hasta $ 19,999. En el 2009, la proporción de familias con esa escala de ingreso estuvo por encima del 50%. Pero las familias con ingresos de $ 30,000 a $ 80,000 -que representaban el 12% en 1970- sumaron el 20% para el 2009.

Pese a tal progreso, el problema evidenciado en el estudio, según Toro, es que a pesar de la existencia de políticas públicas -las cuentas de retiro individual, por ejemplo- para fomentar el ahorro, los puertorriqueños no toman ninguna otra decisión financiera trascendental en sus vidas.

"La gente compra la casa y esencialmente, no toma otras medidas para cubrir sus necesidades a futuro", dijo Toro.

De acuerdo con el análisis, apenas una de cada cinco familias encuestadas se ha preparado para tener recursos en la jubilación, excluyendo las...

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