'LA MUÑECA SOY YO'

POR ANA TERESA TORO .ana.toro@elnuevodia.com

FOTOS POR RAMÓN "TONITO" ZAYAS

Manos de mujer, mirada masculina, aire femenino, energía masculina. Nunca del todo macho. Nunca del todo hembra. Un artista que trabaja desde los márgenes, sobre todo desde aquellos que el género construye. Así se proyecta Freddie Mercado, un nombre indispensable en la historia de las artes contemporáneas del País, con particular énfasis en el performance.

Casi tres décadas, por no decir toda una vida, lleva trabajando con su cuerpo y creando piezas que han dialogado con artistas de todas las disciplinas. Música, danza, pintura, escultura, literatura, cine, arquitectura; de todo ello hay en su obra.

Desde la Mona Lisa de Da Vinci hasta la deidad india Ganesha, pasando por la Dama a caballo de Campeche, requedándose en Frida Kahlo y aterrizando con revoloteos en el Cisne negro de El lago de los cisnes... a todo le ha dado vida. Eso por mencionar apenas una pizca de las decenas de personajes que ha creado a lo largo de su trayectoria. Su casa da fe de ello.

Nada más entrar y las historias comienzan a desdoblarse solas. Los traseros de tres elefantes te reciben en la entrada, advirtiéndote que los confines de la creación están bien protegidos. En la sala un gran avestruz negro de "foam" te saluda con su pico parado. Figuritas de todo país, con todo significado y de todos colores aparecen como sorpresas inesperadas en las esquinas. Un gato de peluche, negro también, deja caer su cola en el sofá. Muchas muñecas, con o sin pelo, con los cuerpos intervenidos, están por todos lados. Un maniquí con torso de mujer y caderas de hombre sonríe tras sus gafas. Fotografías y autorretratos rellenan las paredes. La casa está llena de espejos, los cuartos de pelucas y tules. De ahí surge él. Pelo largo, despeinado, actitud y tumbao masculinos pero de una suavidad femenina. Casi una señora, casi un jevo. Todo a la vez.

Como si fuese un guiño de la vida, hoy vive también en territorio fronterizo, en esa línea turbia que divide Carolina de Río Piedras, en la casa donde se crió con sus dos hermanos, su hermana y sus padres.

"Desde pequeño las muñecas fueron mi fascinación. Por todo el asunto del machismo de la época pues me las quitaban y entonces mi madre me regalaba superhéroes, que no eran otra cosa que hombres con 'tights'. Usaba las borlas de los birretes de graduación para hacerles los pelos", cuenta luego de la jornada fotográfica en la que dejó claro que cuando está en personaje...

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