Echada la suerte de Héctor Martínez

Luego de escuchar ayer seis horas de argumentaciones finales, las cinco mujeres y los siete hombres que decidirán si Héctor Martínez y el empresario Juan Bravo son culpables o no culpables escucharán hoy las instrucciones del juez federal Francisco Besosa antes de retirarse a deliberar.

El jurado regresa a la sala tres a escuchar con atención las instrucciones del togado, quien en el primer juicio erró al no explicar la diferencia entre una regalía y un soborno.

Por ese error, el Primer Circuito de Apelaciones de Boston revocó la convicción y ordenó la celebración de un nuevo juicio.

La diferencia entre esas dos acciones constituye el eje central del juicio, que inició el pasado el 2 de mayo con la selección de jurado.

Según el Apelativo, el artículo del Código Penal federal que los fiscales Peter Koski y Monique Abrishami imputan al dúo solo criminaliza el soborno y no las regalías.

Un soborno ocurre cuando un funcionario toma una acción movido por el objeto de valor que recibirá luego, pero una regalía ocurre cuando el regalo se ofrece después del acto y como agradecimiento, no para influenciar.

Los fiscales imputan a Bravo y Martínez un cargo de soborno. Alegan que Martínez presentó dos medidas que favorecían a Bravo a cambio de un viaje a Las Vegas para una pelea de Félix “Tito” Trinidad, que se celebró el 14 de mayo de 2005. El otrora senador Jorge de Castro Font acompañó al dúo en el viaje y Bravó también pagó por su viaje.

Pese a que su nombre aparece en la acusación no declaró en el juicio.

La fiscal Abrishami inició su alocución utilizando la palabra soborno en cuatro ocasiones en un minuto.

“En la primavera del 2005, Juan Bravo quería algo y lo compró. Héctor Martínez le vendió eso que quería. De eso se trata este caso, de un hombre de negocios rico que compró a alguien. Que cometió soborno”, afirmó.

“Es soborno sentarse en un mejor asiento que George Foreman en una pelea boxeo. Es soborno quedarse en hoteles lujosos en Las Vegas y Miami. Es soborno viajar en primera clase”, recalcó.

Como fue la estrategia del ministerio fiscal en el juicio, Abrishami y luego Koski, en el turno de réplica, se distanciaron de las alegaciones contenidas en la acusación que presentaron contra el dúo y escogieron elementos aislados de la prueba que desfiló para cuadrar su teoría de caso.

Abrishami aseguró que Bravo pagó por todos los gastos del viaje a Las Vegas y que el viaje surgió como una promesa a Martínez a cambio de que promoviera una medida...

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