Ejemplos a seguir

Por Carlos Rosa Rosa

crosa@elnuevodia.com

En septiembre pasado, Delvin y Chabriel se convirtieron en peloteros profesionales, algo que no acontecía en este pueblo hace cuatro años.

Ahora llevan sudaderas y gorras de los Filis de Filadelfia, organización que los firmó como agentes libres, luego de no ser seleccionados en el pasado sorteo de novatos.

En febrero próximo se reportarán a la Liga de Novatos en Clearwater, Florida. Mientras tanto, todas las mañanas van religiosamente al parque a pulir sus destrezas bajo la supervisión de Orlando Álvarez, un expelotero profesional y responsable de firmarlos. Chabriel lo hace como receptor y Delvin como lanzador zurdo.

Solo basta con verlos desempeñarse confirmar el hambre de ellos por este deporte y de alcanzar el mismo sueño: llegar a las Grandes Ligas.

Pero fuera del terreno, hay otra motivación que se identifica con solo escucharlos. Ambos jugadores, de 20 años, llevan una misión clara: cambiar el estigma que existe hacia el pueblo de Loíza.

En sus palabras se percibe el malestar que les causan los constantes comentarios que asocian a su querido pueblo únicamente con la ola criminal. Les harta y les angustia. "En Loíza salen cosas buenas", dice Delvin en primera instancia. "Me duele en el corazón que la gente diga que Loíza es tierra de nadie... que es el paraíso perdido. Pero aquí no solo hay criminalidad. Aquí, hay mucha gente buena y se hacen cosas buenas", prosigue.

Delvin se crió en el sector Honduras. En su adolescencia, cuenta, estuvo cerca del corillo que manejaba armas y drogas en el sector. "Vi pistolas y drogas, pero nunca las toqué. Si hubiera seguido ahí, ese era el camino que iba a tomar. Pero a los 15 años le entregué mi vida a Dios y salí del grupo", relata.

Chabriel, por su parte, es natural de la comunidad Miñi Miñi, un área de alta incidencia criminal. Allí, Chabriel se enamoró del béisbol en un solar en el que las bases eran de cartón. "Desde los cinco años tenía claro lo que quería: ser pelotero profesional".

Delvin y Chabriel han caminado juntos como hermanos hasta este momento. Se conocieron en la escuela elemental, jugaron en las mismas ligas en la niñez y adolescencia, y asisten a la misma iglesia evangélica. También recibieron becas para estudiar y jugar en Estados Unidos. Delvin fue a un Community College en Iowa y Chabriel a Illinois, luego de finalizar la escuela superior en Louisiana. Ambos peloteros estaban seguros de que esa experiencia colegial los iba a guiar al...

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