“El huracán no perdonó lo que estaba mal construido”

Con una estela de más de 515,000 residencias dañadas, el huracán María ha desnudado la realidad de que en Puerto Rico hay escasez aguda de vivienda segura y al alcance de quienes la necesitan.

“Los huracanes Irma y María desvelaron las inequidades en la vivienda. Más de la mitad de la construcción se hace de manera informal. No se siguen códigos ni mejores prácticas ni se obtienen permisos”, resumió Emilio Colón Zavala, presidente de la Asociación de Constructores (ACPR).

Antes de estos desastres, la construcción informal –que se estima conforma 55% del total de inventario de vivienda– conllevaba consecuencias “mínimas”, a lo sumo una multa. “Así que la gente de cualquier nivel económico literalmente prefiere pedir perdón que pedir permiso”, comentó Colón Zavala.

Sin embargo, ante el azote de un huracán catastrófico y de las marejadas ciclónicas, “no se puede negar la importancia de construir en cumplimiento con los códigos de edificación”, resaltó Vanessa De Mari, secretaria de la ACPR.

“El huracán no perdonó lo que estaba mal construido. Esa es la experiencia, la gran lección de María”, subrayó.

La evidencia está en los números preliminares de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA): 98% de las viviendas que no sufrieron daño fueron construidas con permisos, puntualizó Colón Zavala.

“Cuál código estaba vigente no fue lo determinante, sino el hecho de que lo cumplieron”, destacó De Mari, tras contextualizar que de la vivienda existente, el 75% se levantó antes de 1980.

Más aún, 99.5% de la vivienda actual se construyó antes de que en 2012 entrara en vigor completamente el código de 2011, vigente hasta la fecha. Esto implica que desde marzo de 2012 a diciembre de 2017, solo 6,400 o 0.5% de las unidades se han construido bajo el código actual.

Este cuadro forma parte de los hallazgos del Estudio de Vivienda (EV) que la ACPR le comisionó a la firma Estudios Técnicos en 2017. Como estaba pautado para culminar en septiembre, la ACPR pidió incluir los efectos iniciales del desastre y proyectar cómo alteraría el mercado y sus necesidades, indicó Colón Zavala.

“Al final del día, el papel aguanta todo lo que uno le escriba. El problema central es cumplimiento”, subrayó Colón Zavala.

Los mismos errores

Sin embargo, aun cuando al sobrevolar la isla se observan miles de toldos azules y se documenta la masiva emigración de familias por falta de albergue adecuado, los líderes del gremio advirtieron que la burocracia y el hábito de hacerse de la vista larga están propiciando que se repitan los mismos errores que se cometieron después del huracán Georges en 1998, cuando 31,000 familias quedaron sin hogar, aunque solo se reportaron daños moderados y severos en unas 100,000 viviendas.

“¿Cuándo vamos a romper el ciclo vicioso? Llegó la hora de ejecutar”, fue el llamado de Colón Zavala.

Para lograrlo, recomendó que las agencias estatales y federales sean lo más ágiles posibles en el desembolso de fondos, para evitar que más personas necesitadas de resolver su necesidad opten, de nuevo, por la autoconstrucción sin permisos y en la misma ubicación en la que sus familias estuvieron en riesgo de perecer.

“El momento es ahora. Que no sea que cuando lleguen las agencias la persona diga ‘ya yo resolví como pude’”, advirtió Alfredo Martínez, vicepresidente de la ACPR.

Entre las recomendaciones del...

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