Elecciones e independencia

HIRAM LOZADA

ABOGADO

La gesta nacionalista de confrontación tenaz produjo el repunte independentista en las décadas de 1930 a 1970. En las últimas tres décadas del siglo 20 y lo que va de este siglo, sin embargo, el independentismo no ha logrado avances significativos en el terreno electoral, pero mantiene su vigorosa presencia en la cultura, en la fiscalización de los gobiernos coloniales, en las denuncias contra la corrupción y el militarismo, en la defensa de la tierra, el ambiente y la industria nativa y en la protección de los derechos civiles y nacionales. Aunque la fuerza del independentismo no se manifiesta en las elecciones, su mirada es vital, determinante y decisiva en todos los escenarios del País. Sin la historia, discursos y manifestaciones del independentismo, Puerto Rico sería otra cosa, algo peor y desgraciado, un pedazo de tierra en el mar Caribe, sin alma, ni vigor, ni espíritu. Puerto Rico es porque resiste. Las recientes elecciones han revelado, otra vez, que el independentismo -con todos sus colores, tonos y variedades- desempeña un papel decisivo en los escenarios políticos y electorales. Los triunfos de Alejandro García Padilla y Carmen Yulín Cruz se deben, en gran medida, al voto prestado de los independentistas. La derrota del anexionismo, por otro lado, se debe no sólo a los votos de independentistas y soberanistas, sino también a su simple y poderosa existencia. Con nuestro pueblo soberanista -que puede llegar al 30% del País, entre tímidos y convencidos-, no hay estadidad posible en el mundo conocido.

El movimiento independentista debe repensar su función en las elecciones. El independentismo tiene la capacidad de influir en los...

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