Electroshock

Edwin Cuperes Vélez

Mantenernos cuerdos durante la oscuridad de ese primer día es una prueba psicológica apenas comparable a alimentarnos con espaguetis fríos o dormir sin un abanico en octubre. Sentados en el silencio de un radio y de un televisor inservibles, la mente empieza a atravesar por un profundo sentimiento de culpa.

Nos recordamos de jóvenes, estudiando para obtener un trabajo que nos permita una vida sin las agitaciones mayúsculas de los desempleados. Y entonces abrimos los ojos y nos percatamos que treinta años después de aquella inocente expectativa, estamos en una casa sin luz, sin sonido, sin calefacción ni aire, absolutamente avergonzados de lo bajo en lo que hemos caído, pues alrededor de nuestra casa oscura, digna de Halloween, hay todo un sendero de casas iluminadas y alegres, donde el pollo está humeante en la mesa y sus habitantes disfrutan el capítulo de la telenovela.

No existe en la actualidad un trabajo más parecido al de un soldado nazi...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR