Emociones genuinas

Por Juanma Fernández-París

Especial El Nuevo Día

Lo primero que encarrila esta versión estadounidense de la película es que la exploración de lo que significa ser padre está mas enfocada en generar emociones genuinas que en manufacturar momentos cómicos. Esto no es algo que va a revolucionar el sistema de cine comercial de Hollywood, pero sigue siendo admirable que ésta producción no sacrifique el núcleo emocional de su trama para llenar una cuota de chistes que llegan prefabricados por lo que un estudio de cine define como el atractivo comercial de una comedia.

El otro gran acierto es la forma en que se presentan las fallas del personaje principal con Vince Vaughn en el papel de "David", un hombre que ha llegado a los cuarenta años de edad trabajando para sus padres y con una deuda gigantesca que no puede pagar. El protagonista fácilmente podría haber sido reducido a una caricatura. En comedias como The Internship, The Watch o The Break Up, Vaughn ha demostrado que tiene una técnica cómica que cada uno de sus personajes tiene que heredar. Una verborrea que tiende a ponerse inapropiada en los momentos más inoportunos. Sin embargo, en este filme Vaughn descarta esto y se lanza de lleno a la jornada del personaje.

Esto no significa que el actor se merezca un Oscar, pero la decisión de no ponerle su sello cómico a este personaje facilita que la conexión con el público sea de...

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